Buscar este blog

jueves, 28 de febrero de 2013

¿Un nuevo marco en las negociaciones Irán y el G5+1?

El hecho de que el Líder Supremo de Irán haya rechazado negociar bilateralmente con Estados Unidos a propósito del programa nuclear no significa que Irán esté cerrado a las negociaciones. Por el contrario, la apertura al diálogo con el G5+1 ha sido un elemento que ha caracterizado a la posición iraní desde las rondas anteriores y por lo que todavía las partes siguen en la mesa de negociación pese a los desaires que los acuerdos irano-turco-brasileños tuvieron en 2010.

Durante la última junta en Kazajistán, Irán y el G5+1 han reactivado la seriedad de estas negociaciones al trasladarlas hacia un marco de cooperación más que a uno de "zanahorias y garrotes".

Así, ahora parece que las preocupaciones ya no son el lugar donde se pueda o no enriquecer uranio sino solamente saber el uso que se le dará al material enriquecido al 20%. Justamente, las claves de estos avances en Kazajistán, que no se veían desde hace nueve meses, han sido la valoración y aceptación de que Irán pueda enriquecer uranio al 20% siempre y cuando convierta este material en pastillas de combustible para sus reactores. A su vez, Irán se compromete a fortalecer los mecanismos de vigilancia de la Agencia Internacional para la Energía Atómica para verificar este proceso y anunciar cualquier desvío o falta en dicho trato.

Si bien aún faltará otra ronda para ajustar detalles, este avance es significativo en tanto se incluyen otros temas como el cierre o la suspensión de actividades de la base de Fordo por el cese y/o suspensión de algunas sanciones económicas sobre el sistema financiero y comercial de Irán. Este es el punto más sensible ahora en las negociaciones, sobre todo para Irán, que deberá responder a la oferta que le da un margen de maniobra más amplio que el de la ronda pasada.

Otra cuestión a resaltar, es que ahora el monitoreo de Occidente se hará con base en un acuerdo y no en sospechas, tal como se venía haciendo años atrás, y que Irán ha aceptado la eficacia que implican algunas sanciones a su economía, sobre todo, hablando de los estragos a la población en el sector de las medicinas y los alimentos.

Irán tendrá que pensar muy bien si acepta este trato, en tanto existan las garantías de soberanía y seguridad por parte de los mecanismos de supervisión de las autoridades internacionales, ya que, como es costumbre, suele haber sospecha de que parte de esas autoridades puedan estar compuestas por elementos de inteligencia de Israel, lo cual no es descabellado, dada la proliferación de contactos por parte del gobierno de Netanyahu en la OIEA. Por otro lado, es muy poco probable que Irán acepte cerrar la base de Fordo, cerca de la ciudad sagrada de Qom, dado que le ha costado mucho dinero crear una infraestructura de alta seguridad debajo de las montañas como para no usarla por designio occidental.





sábado, 23 de febrero de 2013

Comentario a "Disturbios en Túnez y Egipto: ¿el comienzo o el fin de las revoluciones?" de Immanuel Wallerstein


En un diálogo con el Dr. Jorge Alonso, quien me ha recomendado la lectura de este artículo, comentamos lo que La Jornada publica hoy:



 "Disturbios en Túnez y Egipto: ¿el comienzo o el fin de las revoluciones?" de 

Immanuel Wallerstein


En diciembre de 2010 un solo individuo encendió en Túnez una revolución popular contra un autócrata venal, levantamiento que fue seguido muy pronto por una erupción semejante en Egipto contra otro autócrata venal parecido. El mundo árabe se sorprendió y la opinión pública mundial expresó de inmediato sus simpatías con estas expresiones "modelo" de las luchas por todo el mundo en pos de autonomía, dignidad y un mundo mejor.


Ahora, tres años después, ambos países están enfrascados en fieras luchas políticas, violencia interna que está escalando –y una gran incertidumbre acerca de adónde conduce todo esto y quién resultará beneficiado. Hay algunos aspectos particulares en cada país, algunos que se reflejan en los levantamientos por todo el mundo árabe o árabe-islámico y algunos aspectos que son comparables con lo que está ocurriendo en Europa y, en alguna medida, por todo el mundo.

¿Qué ocurrió? Debemos comenzar con el levantamiento popular inicial. Como con frecuencia es el caso, comenzó con gente joven muy valiente que protestaba contra la arbitrariedad de los poderosos –a escala local, nacional e internacional. En este sentido su lucha era anti-imperialista, contra la explotación y profundamente igualitaria. Guarda mucha semejanza con la clase de levantamientos que ocurrieron por todo el mundo entre 1966 y 1970, que alguna vez llamamos la revolución-mundo de 1968.

Como entonces, las protestas tocaron una cuerda profunda dentro del país y atrajeron un respaldo público amplio mucho más allá que el pequeño grupo que las iniciaron.

¿Qué pasó después? Una revolución anti-autoritaria generalizada es algo muy peligroso para quienes detentan la autoridad. Cuando las medidas represivas iniciales no parecieron surtir efecto, muchos grupos buscaron domesticar las revoluciones uniéndose a ellas, o por lo menos aparentando unirse. En Túnez y Egipto, el ejército entró en escena y se negó a disparar contra los manifestantes, pero buscó también el control de la situación tras la deposición de los dos autócratas.

En ambos países había habido un fuerte movimiento islamita, la Hermandad Musulmana. Fue puesta fuera de la ley en Túnez y se le había controlado y circunscrito en Egipto con cuidado. Las revoluciones permitieron que emergieran en dos formas: ofreciendo asistencia social a los pobres que habían sufrido por la negligencia del Estado y formando partidos políticos con el fin de obtener una mayoría parlamentaria que les permitiera controlar la redacción de las nuevas constituciones. En las primeras elecciones en cada uno de estos países emergieron como el partido político más fuerte.

Siguiendo con esto, hubo básicamente cuatro grupos compitiendo en la arena política. Además del partido de la Hermandad Musulmana –Ennahda, en Túnez, y el Partido de la Libertad y la Justicia, en Egipto– había tres otros actores políticos: las fuerzas laicistas más o menos a la izquierda, las fuerzas salafistas de extrema derecha que buscaban legislar una mucho más astringente versión de la sharia que la de los partidos de la Hermandad Musulmana y los todavía fuertes simpatizantes cuasi-subterráneos de los viejos regímenes.

Tanto los partidos de la Hermandad Musulmana como las fuerzas laicistas están, de hecho, bastante divididos al interior, especialmente en cuanto a las estrategias que buscan emprender. Los partidos de la Hermandad Musulmana se enfrentan con los mismos dilemas políticos que en años recientes han sido los de los partidos de centro-derecha en Europa. Los países tienen severos problemas económicos continuos, lo que da origen a partidos de extrema derecha o los fortalece, lo cual amenaza la capacidad de que el partido centro-derecha de "corriente dominante" gane las futuras elecciones. En estas situaciones ha habido quienes, por todas partes, pretenden recuperar votantes de la extrema derecha moviéndose en su dirección y "endureciendo su línea" con respecto a la izquierda o a las fuerzas laicistas. Y ha habido los llamados moderados que piensan que el partido debe moverse hacia el centro y recuperar votos ahí.

La izquierda o fuerzas laicistas contienen, a su vez, una amplia gama de grupos: grupos en verdad de izquierda (pero múltiples) y los demócratas de clase media que alientan lazos económicos más estrechos con las fuertes fuerzas de mercado de Europa y Estados Unidos. En cuestiones económicas, estos grupos de clase media están, de hecho, bastante cercanos a lo que proponen las fuerzas islamitas moderadas.

Entre tanto, las fuerzas que siguen siendo leales a los antiguos regímenes venales mantienen el control de una institución que es clave: la policía. Es la policía la que dispara en la manifestaciones de las fuerzas laicistas. Cuando estas fuerzas protestan por el asesinato de Chokri Belaid, líder laicista clave, el primer ministro de Túnez, Hamadi Jebali, islamita que se dice moderado, protesta diciendo que está apabullado por el asesinato. A esto, los grupos laicistas replican que los partidos islamitas, en especial los conocidos como de línea dura, son responsables, en cualquier caso indirectamente, de haber creado el clima dentro del cual pudo ocurrir un asesinato así.

Es más, Túnez y Egipto no son países aislados. Sus vecinos en el mundo árabe y más allá también están sumidos en disturbios. La intrusión geopolítica de las fuerzas exteriores es muy grande. Ambos países son relativamente pobres y necesitan de asistencia financiera exterior para lidiar con el creciente y duradero desempleo, que se hizo más severo por la pérdida de los ingresos procedentes del turismo –que para ambos países era una fuente central de entradas.

Así que, ¿a dónde va todo esto? Hay únicamente dos posibles direcciones. Una es el fin de la revolución, al menos por ahora. Los dos países pueden avizorar gobiernos muy incrustados por la derecha, con respaldo de los militares (y tal vez controlados por ellos), con constituciones socialmente conservadoras y políticas exteriores cautelosas. La otra dirección es el inicio de la revolución, en la cual el espíritu inicial de 1968 recupere fuerza, para que tanto Túnez como Egipto se vuelvan, una vez más, faros de transformación social, ellos mismos, para el mundo árabe, para todo el mundo.

Por el momento parecería que las fuerzas que empujan hacia el fin de la revolución tienen la mano. Pero en este caótico mundo es demasiado pronto para bajar la cortina para una fuerza revolucionaria renovada en ambos países.

Traducción: Ramón Vera Herrera

© Immanuel Wallerstei La Jornada 23 de febrero de 2013





Comentario:


El problema que yo veo ahora es que dentro de las revoluciones árabes hay fuerzas externas que están inyectando fuertes cantidades de dinero para que la revolución se acabe, esto en algunos escenarios.

En Túnez y Egipto, por ejemplo, son Arabia Saudí y Qatar (de dónde es Al Yazira) quienes están interesados en que los hermanos musulmanes estén en el poder. De dónde venían los recursos para dar asistencia social mientras gobernaba Mubarak o Ben Ali? De Arabia Saudí. Esta asistencia social era y fue en las últimas elecciones en ambos países, una especie de populismo...un acarreo de tanta gente de provincia que gozó de esos beneficios y que ahora se vio obligada a pagar con su voto dichos favores...esto le dio a los H. Musulmanes la victoria electoral. Un dato curioso en Egipto, y de acuerdo con lo que dice Wallertein, es que las fuerzas de izquierda, de los jóvenes que hicieron posible la revolución del 25 de enero, fueron mayoría en las elecciones pero estaban divididos en 2 candidatos que al final no sumaron sus fuerzas para sacar un presidente más acorde a la inspiración de la revolución. Faltaba organización política entre los jóvenes...organización que ahora los hermanos musulmanes atacan. En el caso de Túnez, el asesinato de Belaid fue un golpe mortal.

En otros escenarios, como Siria, son Rusia e Irán quienes buscan que la revolución terminé pero con un conflicto eterno y latente donde se apoya a Al Assad contra estas fuerzas de Arabia Saudí, Qatar, y también Estados Unidos..esto se hace usando un discurso donde Irán y Siria llaman terroristas a las fuerzas saudíes y del Ejército de Liberación Sirio. A su vez, Arabia Saudí llama a al Assad represor, dictador y anti democrático (mordiéndose la lengua claro está), lo que hace que la gente, los jóvenes en Siria sobre todo, estén atrapados entre lo que llamo "la intervención externa y la tiranía interna".

Con todas estas fuerzas, si los jóvenes siguen en las calles, desafortunadamente correrá mucha sangre por la represión financiada por todas estas fuerzas.......pero es que los jóvenes están dispuestos a correr dicho riesgo tal como nos lo han enseñado los palestinos, sirios, iraquíes, yameníes, etc...porque, sin meter la ideología islámica ni mucho menos, están convencidos que luchar por el futuro desde casa es tiempo pérdido....la revolución es, ante todo, una revolución de conciencia..esa ya está hecha...todo mundo ahora habla de política, de indignación, los padres de familia apoyan a sus jóvenes para salir a gritar consignas..pero sin duda esto será un proceso que duré cerca de una década para ver éxitos o fracasos.

Populismo, dinero de fuentes extra gubernamentales, indignación, partidos políticos, imposición, represión, medios oficiales, les suena familiar?



sábado, 16 de febrero de 2013

No se ha aprendido la lección de las protestas árabes.


En algunos medios académicos franceses se sigue debatiendo el asesinato del opositor de izquierda tunecino Choukri Belaid. Y claro, es que la revolución sigue su marcha. De hecho, como es sabido, los islamistas, ya consolidados como partidos políticos, ni siquiera participaron en las protestas que derrocaron a los regímenes dictatoriales...ni en Túnez ni en Egipto, Siria, en ningún lado...y ahora, un poco usando tácticas aprendidas cuando eran víctimas de la represión de los regímenes que han salido, las usan contra quienes piensan  que amenazan "el derecho de antigüedad" que tienen para gobernar sus respectivos países.

Vaya, si bien es más complejo que estas simples palabras, es verdad que el asesinato de Belaid en Túnez, o el de Bahrein hace dos días, e incluso el "terrorismo sexual" contra las mujeres en Egipto, son hechos que responden a esta tendencia...ciertamente a lo mejor no fue el partido en el gobierno el responsable directo de los asesinatos, pero si que se trata del responsable directo de velar por el marco de seguridad en el que se mueven sus opositores.... 

En resumen, no se ha aprendido la lección de las protestas árabes.

Así que la pregunta ahora debe ser: ¿ es verdad que esta violencia política tras la caída de los regímenes post coloniales y el ascenso de los islamistas se debe a una falta de experiencia de éstos últimos en el gobierno,  o más bien se debe a su dominio de la maña política conocedora por todo viejo lobo? A lo mejor a ambas.


Las revoluciones siguen y no han terminado, como muchas personas piensan, en el rito electoral de las urnas. Una tercera intifada palestina se teje, como las dos pasadas, en las prisiones israelíes; ha habido una militarización de "países sensibles" a los intereses Occidentales (caso de Bahrein y Siria) y un completo olvido de otros escenarios tan importantes como cualquier otro, hablando dle caso del Sáhara Occidental, por comentar alguno.

Mientras en la semiótica de los medios actuales se teje una propaganda contra Irán al estilo de lo que se hizo en Iraq hace diez años, hoy la sociedad de Oriente Medio se mueve entra las tiranías internas y las intervenciones externas. Esto no hace más que ignorar el mensaje primordial de la primavera árabe que reclamaba: irjal, silmiya, (vete, pacífica) para denotar dos reclamos profundos de la sociedad, aunque al parecer los medios han quitado la coma de esa frase y sembrando la confusión con la que se suele ver a esta región entera.



jueves, 7 de febrero de 2013

Irán: entre drones y misiles


  
Tras el envío de un mono al espacio, Irán ha anunciado que el lanzamiento de su próximo satélite se realizará a finales de 2013. Se trata del cuarto artefacto puesto en órbita desde la revolución de 1979 y es sin duda el ejemplo más claro del éxito del programa espacial iraní. Pero en términos estratégicos, estas acciones implican que el gobierno de Jamenei ya cuente no solo con la capacidad de tripular los lanzamientos sino también con el dominio de la tecnología que permite manipularlos al poner un misil fuera de la atmósfera terrestre y colocarlo en cualquier lugar donde existan amenazas a su seguridad nacional. Esto ha causado un recelo importante entre los analistas israelíes quienes ven a la tecnología balística de Teherán como el principal obstáculo a una deseable intervención militar sobre sus instalaciones nucleares, al grado de denunciar, nuevamente, que Irán está cerca de albergar no solo la bomba nuclear sino también la capacidad logística para ponerla directamente en Tel Aviv.

Y aunque Irán nunca ha cargado un misil con ojivas nucleares ni ha declarado tener la intención de hacerlo, lo sofisticado de su sistema balístico convencional es algo a tomar en cuenta por su eficiencia, abaratamiento de costos y capacidad de despliegue ante un hipotético escenario de guerra como el que Israel ha venido anunciando en los últimos años.  

La nueva generación de misiles iraníes conocidos como Shahab cuenta con la inspiración de modelos rusos, chinos y norcoreanos tales como el  Scud, el M 11 y el No Dong respectivamente. Esta característica hace de los misiles iraníes una poderosa herramienta de defensa anti aérea diseñada específicamente para derribar aviones y helicópteros de manufactura occidental. Tomando en cuenta que las instalaciones nucleares iraníes han sido construidas a lo largo y ancho del país, desde Isfahán hasta Busher pasando por Teherán y Shiraz, y que en cada una de ellas existen plataformas de lanzamiento de misiles Shahab fabricados por aproximadamente 600 productores gubernamentales pertenecientes, en su mayoría, a los Guardianes de la Revolución, se puede decir que el despliegue de estos misiles aporta las medidas mínimas de seguridad que esas instalaciones requieren para no ser bombardeadas. En otras palabras, sin los misiles Irán sería totalmente vulnerable a las intervenciones militares que le amenazan constantemente.

Las intervenciones militares de Israel en Líbano, Siria y Palestina, así como las de Estados Unidos en Afganistán e Iraq, han sido eventos que han dejado valiosas lecciones  a Teherán  para analizar la manera en la pueden defenderse de ataques como los que otros vecinos regionales han experimentado. Se ha probado, por ejemplo, que los ataques suelen ser aéreos, de noche y acompañados por oleadas terrestres que intentan tomar territorios clave para desmantelar al enemigo. Pero por otro lado, también se ha experimentado que la mejor manera de golpear a los ataques regulares es con base en las respuestas asimétricas donde la información y las tácticas guerrilleras suelen ser más eficaces que los ataques frontales y regulares a nivel naval, terrestre y aéreo.

Con lo anterior, y a pesar de que Irán es un país con renta petrolera y con grandes capacidades gaseras, el gobierno de Teherán no ha logrado producir los recursos necesarios para modernizar su antigua flota aérea y basar en ella su poderío militar, por lo que ha decidido, por otro lado, voltear hacia los misiles y las tácticas guerrilleras como estrategia principal de defensa.

La fabricación de un misil suele ser más barata, rápida y eficaz contra ataques aéreos, además de que se puede fabricar en serie y a diversos niveles. Por ejemplo, se debe diferenciar claramente entre un cohete y un misil, pues no es lo mismo hablar del potencial balístico de grupos como Hamas o Hezbollah que hablar del potencial iraní o del norcoreano. Mientras un misil es un proyectil autopropulsado por un motor que suele ser guiado hasta su objetivo durante toda o parte de su trayectoria, un cohete artesanal carece de supervisión en ruta y está diseñado solo para caer a distancias cortas, sin una dirección específica ni un control total del mismo. En este sentido, Irán posee cohetes y misiles para su defensa, con lo que se puede decir sin tapujos que se trata de la herramienta de disuasión más importante contra sus enemigos regionales en términos militares, capaces de alcanzar al avión más moderno en las flotas aéreas occidentales y listos para defender el centro de gravedad por excelencia de la geografía iraní, es decir, el Estrecho de Hormuz.

Y aunque es difícil vislumbrar el número aproximado de misiles y cohetes con los que cuenta Irán para un escenario de guerra, basta acudir a las declaraciones de sus líderes militares para escuchar que Irán podría mandar hasta 11 000 cohetes por minuto en caso de ser atacado.  Actualmente se estima que la República Islámica alberga una serie de cohetes donde se incluyen modelos como los Shahin, Oghab, Fayr, Naze'at, y Zelzal los cuales suelen ser exportados a lugares como Iraq y Líbano, con lo que la extensión territorial de estos artefactos trasciende las fronteras nacionales de la República Islámica llegando, incluso, a muy pocos kilómetros de Israel y las bases estadounidenses en los países árabes del Golfo Pérsico.

Pero si bien los misiles y cohetería iraníes son una herramienta de disuasión vigente ante cualquier ataque externo, y aunque Irán es visto hoy en día como un productor y exportador neto de dicho armamento, no todo está dicho en el mundo de la estrategia. La respuesta de las grandes potencias a este “problema de logística” parece haberse encontrado en la fabricación de aviones de última generación, de inspiración estadounidense e israelí, principalmente en los no tripulados mejor conocidos como drones.

Estos aviones no tripulados constituyen un reto a la armada iraní en tanto se trata de vehículos que escapan más fácilmente a los misiles de corto, mediano y largo alcance. A pesar de que Estados Unidos defiende la versión que describe a los drones como aviones diseñados estrictamente para recopilar información, los hechos demuestran lo contrario al contabilizar varias víctimas civiles en diversos escenarios como la zona central de Pakistán, Yemen, Afganistán e Iraq. Además, ante la crisis en Mali y gran parte del Norte de África, Washington ha logrado que el gobierno de Níger permita el establecimiento de la primera base de drones en el mundo capaz de albergar a cientos de estos vehículos con la misión de investigar datos sobre Al Qaeda, lo cual representa un elevado riesgo de sufrir ataques por parte de las máquinas sin piloto.

Lo alarmante de la existencia de drones, cohetes y misiles en los escenarios más tensos de la geopolítica actual es que los crímenes que se cometen con este tipo de armamento quedan totalmente impunes ya que si bien existe alguien que los controla, organiza y administra, no existe un soldado o un piloto directo para imputar la responsabilidad de un acto de lesa humanidad, principalmente hablando de los civiles en localizados en zonas de conflicto quienes se deben encontrar protegidos por la 4ª. Convención de Ginebra de 1948.

A finales de 2012, con base en sistemas anti misiles de fabricación interna y tecnología rusa en redes, Irán logró desconfigurar un drone estadounidense modelo “Scan Eagle” que sobrevolaba la región de Bandar Abbas, en el Golfo Pérsico. Esto habla del inicio de una nueva etapa en los tiempos del espionaje, del rastreo, del mapeo y, probablemente, de las nuevas guerras de la información en la sociedad, ya que, si bien los drones han venido experimentando grandes avances en operaciones de espionaje y exploración de territorio, es la etapa de fuego aéreo y carga ligera de explosivos la que pudiera significar un gran obstáculo para los misiles iraní que no han sido diseñados para combatir dichos artefactos y más bien, lo han sido, para defenderse de ataques más convencionales.

Cabe señalar que ante la captura del drone estadounidense, Irán comenzó la fabricación de sus propios aviones no tripulados siguiendo el análisis de la nave en cuestión. A la par de esto, fue Israel quien inició la transferencia tecnológica directa por parte de Estados Unidos de decenas de aviones que hoy en día amenazan la seguridad de los ciudadanos en Gaza. De acuerdo con Timm Trevor, un activista de la FundaciónElectronic Frontier, Turquía planea hacer uso de esta nueva tecnología, dando lugar al inicio de una carrera armamentista con base en los drones, tal como los misiles lo fueron en su momento durante décadas atrás.

Así, el aumento de la fabricación, compra y venta de cohetes, misiles y drones alrededor de zonas geopolíticamente tensas, hace que las poblaciones de los países que los adquieren se vuelvan vulnerables ante ellos, haciendo que los mismos gobiernos que los compran o fabrican tomen medidas precautorias para no perder el control de sus espacios aéreos, entre ellas, mandar satélites a órbita o mandar monos al espacio.